martes, 19 de julio de 2016

NO ES UN CAMBIO DE ESTRUCTURAS SINO DE ACTITUDES

NO ES UN CAMBIO DE ESTRUCTURAS SINO DE ACTITUDES
Explorando nuevas formas de evangelizar.

Según  refiere Religión en Libertad el ENE 2016 propone, entre otras cosas,  “acabar con las “estructuras caducas” y que “si no sirve para evangelizar, tíralo a la basura”, que hay que “abandonar las prácticas que no ayudan a evangelizar, las que han demostrado que no funcionan”. Son frases que por una parte pueden provocar rechazo y por otro entusiasmos esperanzadores. En todo caso hay que estar muy atentos a las nuevas propuestas que puedan facilitar la evangelización de todo y de todos. Y para ello no vendrá mal hacer algunas matizaciones para, evitando equívocos, sacarle todo su jugo.
No cabe duda que por “estructuras caducas” no se  están refiriendo a la organización jerárquica de la Iglesia con el Papa a la cabeza y desarrollada en las Iglesias particulares, los obispos, las diócesis con sus Consejos Diocesanos de Pastoral, de Apostolado Seglar, sus Delegaciones, … y llegando a las Parroquias con sus consejos parroquiales, catequesis, ...  
Del mismo modo tampoco no están hablando, como parte de la estructura de la Iglesia, de los Seminarios donde se forman los sacerdotes, las universidades católicas, los colegios católicos, los institutos de ciencias religiosas o las escuelas de teología.
Las órdenes religiosas contemplativas y de vida activa, los institutos seculares, las fraternidades, incluso los movimientos y asociaciones eclesiales, … también podemos considerarlas de alguna manera “estructura” que facilita a la Iglesia llegar a al evangelización de todo y de todos.
Estoy seguro que cuando hablan de “estructuras caducas” no se están refiriendo a estas instituciones (Jerarquía, Papa, obispos, parroquias, semianrios, universidades y colegios, órdenes e insitutos religiosos, movimientos, asociaciones eclesiales, ...), porque de lo contrario habría que desaconsejar asistir y promocionar ese encuentro aunque sea muy numeroso y aunque acudan algunos obispos.
Sin duda, se están refiriendo es a una forma de evangelizar practicada “porque siempre se ha hecho así”, pero que no da fruto. Tal vez lo digan de una forma provocadora que necesita matización, pero es evidente que hay que “abandonar las prácticas que no ayudan a evangelizar, las que han demostrado que no funcionan” y hacer nuevas propuestas o recuperar métodos clásicos que si han dado resultado positivo. Lo importante no es la presencia  de novedad sino la fecundad evangelizadora.
En este sentido si queremos que las instituciones, los movimientos, los seminarios, los colegios evangelicen; si queremos que la “estructura” sea fecunda es urgente que sean evangelizadas para que pueda seguir evangelizando. Es preciso que las personas que habitan estas instituciones y que dan vida a la estructura se llenen de Dios, tenga una experiencia de encuentro con el Señor a través de la oración, de los Sacramentos, de la Palabra de Dios, de la vida comunitaria y del servicio a los necesitados.  Porque no es la estructura ni el método quien evangeliza, sino la persona que la llena de contenido y de vida. La clave es el cambio de actitud personal, la clave es la persona transformada por Cristo que le hace santo apóstol al servicio de Jesucristo y de su Iglesia de la mano de nuestra Madre la Virgen Inmaculada.  “Un cambio de estructuras sin generar nuevas convicciones y actitudes dará lugar a que esas mismas estructuras tarde o temprano se vuelvan corruptas, pesadas e ineficaces” (Evangelii Gaudium 189)


Hay que cambiar de actitud y abandonar modos infecundos y explorar nuevos métodos en las Parroquias, en los Seminarios, en los  Colegios, en las órdenes religiosas, en los movimientos y asociaciones de fieles, … Es necesario discernir bien la voluntad de Dios poniéndonos de rodillas ante el Sagrario, haciendo oración ante el Señor y siguiendo las propuestas diocesanas de Nueva Evangelización donde se deja actuar al Espíritu Santo poniendo en el centro la Eucaristía y la Adoración al Santísimo; donde la comunicación de experiencia está por encima de la enseñanza de conocimientos.
Es urgente la evangelización de todo y de todos siendo muy conscientes de que toda evangelización, todo “entrenamiento de ayudantes”, todo “método  para llegar a los alejados” debe estar dirigido antes o después al encuentro con Cristo en los Sacramentos, especialmente en la Eucaristía y en la Penitencia, pero también el Bautismo, la Confirmación, … todos los Sacramentos son Presencia real de Dios en nosotros. Por eso es tan importante la renovación de las Parroquias para que acompañen la vida de los fieles, siendo centro de conversión y de cambio radical de actitudes, engendrando cristianos ofreciéndoles acogida para vivir y crecer en comunidad. Por eso el corazón de la Parroquia es cuidar la preparación de los Sacramentos como los momentos más importantes de la vida de los católicos, de las familias y de las comunidades.

El camino seguro es ponernos bajo la protección de la Virgen María Inmaculada, Estrella de la Nueva Evangelización.

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