lunes, 13 de junio de 2016

EJERCICIOS ESPIRITUALES EN EL CENTRO DE UN NUEVO IMPULSO EVANGELIZADOR

EJERCICIOS ESPIRITUALES
PARA UNA
NUEVA ETAPA EVANGELIZADORA

 
En la tarde de este viernes 6 de mayo, mes dedicado especialmente a nuestra Madre María Inmaculada, se inicia una tanda de Ejercicios Espirituales para laicos dirigida por Mons. D. Rafael Zornoza Boy, obispo de Cádiz y Ceuta. 

Un grupo de personas van a tener la oportunidad de vivir una profunda experiencia de Dios a la luz del Corazón de Cristo y de la mano de María Inmaculada. Pero esta experiencia de gracia trasciende lo personal y repercute de lleno en la fecundidad de las iniciativas apostólicas diocesanas para abrir una nueva etapa evangelizadora.

Porque la evangelización se realiza a través de los santos y los Ejercicios Espirituales son escuela de santidad porque en ellos se llega a conocer, amar y seguir a Jesucristo de un modo total. Esla gran oportunidad de entrar en diálogo intenso con Jesucristo, de unirnos a Él, de llenarnos de su Espíritu, de vivir de modo especial los sacramentos, … y todo ello de la mano de María que, como decía Pablo VI, es la “maestra sabia de los Ejercicios Espirituales”.

Los Ejercicios Espirituales no son unas charlas para la reflexión sobre algún tema, son una auténtica experiencia de conversión profunda del corazón para dejarse transformar de tal modo que nos haga capaces de transmitir el Amor de Dios y la Alegría del Evangelio. Por lo que dedicar unos días a realizar cada año los Ejercicios Espirituales es la mejor manera de servir a Jesucristo y a su Iglesia, es la mejor manera de alimentar nuestras pequeñas comunidades y parroquias; y es la mejor manera de hacer apostolado. La mejor preparación para la acción evangelizadora son los Ejercicios Espirituales.

Nos lo recuerda también el Papa Francisco en el número 112 de La Alegría del Evangelio: “La salvación que Dios nos ofrece es obra de su misericordia. No hay acciones humanas, por más buenas que sean, que nos hagan merecer un don tan grande. Dios, por pura gracia, nos atrae para unirnos a sí.[79] Él envía su Espíritu a nuestros corazones para hacernos sus hijos, para transformarnos ypara volvernos capaces de responder con nuestra vida a ese amor. La Iglesia es enviada por Jesucristo como sacramento de la salvación ofrecida por Dios[80]. Ella, a través de sus acciones evangelizadoras, colabora como instrumento de la gracia divina que actúa incesantemente más allá de toda posible supervisión. Bien lo expresaba Benedicto XVI al abrir las reflexiones del Sínodo: «Es importante saber que la primera palabra, la iniciativa verdadera, la actividad verdadera viene de Dios y sólo si entramos en esta iniciativa divina, sólo si imploramos esta iniciativa divina, podremos también ser —con Él y en Él— evangelizadores»[81]. El principio de la primacía de la gracia debe ser un faro que alumbre permanentemente nuestras reflexiones sobre la evangelización.”

Que la Virgen María, Reina y Madre de la Familia cuide de manera especial esta tanda de Ejercicios Espirituales haciendo de ellos un nuevo Pentecostés “que abrase nuestras almas en fuego de conquista, para que rindamos ante tu trono las almas de todos nuestros compañeros y amigos."

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